Para mi último trabajo elegí el carboncillo, ya que, a diferencia del lápiz, el carboncillo permite conseguir negros muy marcados y oscuros. Elegí una imagen sencilla, en la que no tuviese que marcar demasiadas sombras para no complicar el dibujo, ya que el carboncillo requiere mucho trabajo y dedicación, así como conocer debidamente la técnica.
El primer paso fue dibujar con el lápiz el contorno de la figura principal, para determinar las proporciones de las diferentes figuras que la acompañan y empezar a dibujar de lo general a lo concreto, como siempre:
Los últimos detalles pertenecen a los edificios que acompañan a la figura, retocando las ventanas y detalles de la calle. No se le da mucha importancia a estos detalles, siendo superficiales y escasos, ya que se pretende resaltar la figura humana y la luna:
El carboncillo es una rama fina carbonizada.Sus características principales son su fragilidad y la facilidad de su borrado lo que lo convierten en un medio ideal para el apunte rápido, el estudio, y la preparación de obras de arte. El carboncillo se vende en distintos números que hacen referencia a su grosor, no a su dureza o blandura como en los lápices de grafito.
En la técnica del carboncillo las luces y claros nos los aporta el papel y los tonos oscuros se consiguen acumulando polvo de carbón sobre este. Cuando entra en contacto con el papel, el carboncillo se convierte en polvo y es, por lo tanto, muy delicado. Si pasamos la mano o los dedos por la superficie del papel, arrastraremos este polvo y estropearemos nuestro trabajo, por ello es necesario ser muy cuidadosos y minuciosos a la hora de emplear esta técnica.
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